Habrá que fingir ante los demás, andarse con mentiras; jugar a ser alguien más: pordiosero, tonto, excéntrico. Habrá que hacer un enorme acto del vivir

miércoles, agosto 30, 2006

...el Mandril


Que alguien pesque a ese mandril.
Ese, el que se va escabullendo entre la multitud
como si bailase,
el mandril que gira incontrolablemente.
Ese, el bailarín que rasca y se eleva,
el insaciable mandril

Que alguien detenga su danza,
la armoniosa,
la bendita danza inacabable,
la eminente, la iracunda danza..

Sólo es un mandril que gira
inhumano e insolente.
Un mandril sobre un cubo traslúcido e impreciso,
una tela que se extiende tenue y alzada,
la vivaz manera en que los inconcientes
o los locos se fugan, así nomás de la responsabilidad
que les tocó.

Que le pesque alguien,
que no se dan cuenta que la perfección no existe,
es una ilusión que se desata ante nosotros,
una víbora,
es un mandril víbora,
un mandril víbora arriba de una hoja,
una encarnación que se descarna.

Es un hombre vencido ese mandril.
Que le pesque alguien ya
y se haga con él un sombrero o una bufanda.

Es un baile que nos infecta,
es la ceguera.
Mandril iracundo, endemoniado, desprovisto;
incontable mandril.

Visto desde arriba es un caballo con esparaván
o es sólo un mandril…
el que baila
que alguien le pesque,
que alguien pesque a ese mandril.