Habrá que fingir ante los demás, andarse con mentiras; jugar a ser alguien más: pordiosero, tonto, excéntrico. Habrá que hacer un enorme acto del vivir

lunes, octubre 09, 2006

Como a eso de la una



De nuevo el silencio
el cosquilleo tras las orejas,
bajo los brazos.

De nuevo la mirada
que todo lo ve,
el cuerpo que todo lo escucha.

Me he quedado quieto en esta silla,
espero.

La bañera se muere,
los ojos se van a dormir
y mi cuerpo despierta,
se vuelve otro
y quiere irse.

Me brota, de la boca, el cangrejo.
Un mundo de espinas que se despliega
como un acordeón que grita,
se revuelca.

Tengo una calle adormecida
entre los dedos,
en la lengua tengo al tiempo
deformado, es como la cola de la iguana
que se retuerce
y desangra en verde.

Ya uno quiere escaparse a estas horas,
desmadrar la ciudad,
ahorcarse en las avenidas
o vomitarse en el mundo.

Que las calles se llenen de vidrios rotos
y revivan los ríos,
se lleven las llantas viejas,
los colchones

que la policía se disfrace de abeja,
se canonice al ajonjolí…

que se paren de una,
todos los relojes a las dos,
en un mes tercero
de algún día cuatro.

1 Comments:

Blogger Nadia said...

Muchas sensaciones...un alma atrapada en un cuerpo, en un mundo. Sangre corriendo por las venas, pero corre corre y no llega a ningun lado.
Saludos! Y gracias por pasar por mi blog!

7:24 p.m.

 

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