Habrá que fingir ante los demás, andarse con mentiras; jugar a ser alguien más: pordiosero, tonto, excéntrico. Habrá que hacer un enorme acto del vivir

martes, septiembre 12, 2006

La sordera



(favor de leerse lento, como si pesara al decirlo)

Ya no escuchas,
la sordera te ganó
por fin cabrón,

ya no oyes,
lo que oyes no es
lo que estoy diciendo…

el poema no es
el que estoy diciendo…
tú te inventas el poema en la cabeza

yo soy un chingón, yo soy un chingón,
te dices todo el tiempo…
y sí, igual y lo eres,
pero que lástima que eres
un chingón que no puede escuchar
este poema…
un chingón sordo.

(al límite del canto, venga)
El-po-e-ma
no-e-xis-e…
el-po-e-ma
tú-lo-es-tás-creeeee-an-do
a-den-tro

no-no-no-no
es-cu…chas,
el poema te escucha
a ti,
tu eres el que habla,
el que no puede quedarse
quieto un rato.

Ya no oyes…

Eres afortunado,
ahora es la oportunidad de las palabras,
a ellas les toca
hablar, (aquí se hace una pequeña pausa de cinco pestañeos)
oír…

Escucho luego digo,
automatismo humano… (tres pestañeos)

qué fortuna, ¿ahora que
ya no escuchas
piensas seguir
hablando todo
el tiempo?
(aquí se avienta el libro lo más lejos posible)


de la serie Esto no es un poema, es un grito…
textos para leerse en voz alta

Esto no es un poema, es un grito (textos para leerse en voz Alta)

(favor de leerse como si la voz saliera
de un lugar de la panza cuyo nombre no quisiera acordarme
)
Zaaa, me desprendo y expando
sobre las lineas de lo que no existe,
aaagj, avanzo y me dejo coincidir
con la cara de los demás,
con el rostro de los que pasan.
Jaaa, percibo el aliento
de los señores y las señoras que me saludan
en la calle: (úsese un tono erudito, tirándole a la solemnidad,
como si fuera un sapo el que lee
)
cloaca desbordada de mariposas y dientes que pasan y se me untan,
diablillos del desayuno que se quedaron atorados entre las muelas y la mucosa maxilar
superior.

(beba algo, de preferencia whisky en las rocas, ahora recurra al odio, grítese de ser
posible
)
Me bebo lo incontenible a sorbos,
la eternidad de lo repulsivo
y la tristeza de las pulsaciones.

Blblaa, veo y me asqueo de la misericordia de los insectos,
la belleza de los roedores
y la condición decadente de las personas.

(pausa, corta, de aproximadamente seis latidos)
La ciudad se complace y revienta en sonidos: (procure ir acelerando
poco a poco el ritmo
)

el tas del albañil
tas contra le muro
tas de la condena
tas de no saber
tas de no poder
tas de no encontrar
tas del revivir
tas el marginado
tas el mal comido
tas a reventar
tas sobre el ladrillo
tas perpetuidad
tas te estás muriendo
tas como tú quieres
tas por no estudiar
tas por no tener
tas por no servir (decrescendo)
tas
tas
tas
tas el albañil se cansa
tas se alenta
tas respira aspira (acompáñese de mímica)
tas
t a s a l e t a r g a m i e n t o i m p o s t o r
(con fuerza, como si doliera)
tas, tum, pum, el muro cae.

(voltee a su izquierda, espere… siga)
El polvo ahora,
el polvo ya se erecta sobre la casa en ruina,
sobre la obra negra,
sobre el tejado sin construir,
entre las narices del sucio
ensuciándole más la ropa de trabajo.

(a velocidad de caminata en la metrópoli)
Ahora me escabullo porque siguen caminando sobre la banqueta
las personas,
como si se dirigieran a algo,
como si quisieran llegar a dónde,
como si la esperanza los esperara.

(imite a un carro por favor)
Y los carros,
los carros pasan
se corretean
mordisquean unos a otros
se comunican
y avanzan
y van y van y van
y no se llena a donde van y van sin volver
sin mirar sin sentir
el pavimento
que les va
hablando
de fricción
al oído.

(créase campana)
Hablar por hablar
como las campanas
cuando dan las seis.